Es muy importante realizarse una mamografía anual a partir de los 40 años para detectar el cáncer de mama de forma precoz
1
Los primeros síntomas.
Las formas más habituales de detectar un cáncer de mama consisten en realizarse una mamografía o en autoexplorarse los pechos y las axilas en busca de algún bulto sospechoso o inusual. Así, aunque los bultos que aparecen cerca de los senos no tienen porqué ser cancerosos, ni mucho menos, siempre hay que acudir al médico por si acaso. Piensa que es mejor prevenir que curar y que, además, detectar un cáncer a tiempo puede ser vital para su curación.
2
Después de la menstruación.
A la hora de explorarte los senos, debes elegir el día en el que has dejado de menstruar, ya que, antes, los pechos suelen estar hinchados y es difícil encontrar posibles bultos. Una vez que la regla ha desaparecido, es mucho más fácil reconocer un bulto o algún otro elemento inusual.
3
¿A partir de qué edad?
Aunque el cáncer de mama suele ser más frecuente en las mujeres de más de 45 años, este también puede aparecer a edades muy tempranas. Es por ello que, a partir de los 20 años, es recomendable que empieces a explorarte el pecho de vez en cuando, pero ¡cuidado!, no tienes que obsesionarte. Muchas veces aparecen bultos que no son perjudiciales y que se deben a causas que nada tienen que ver con el cáncer de mama. Si encuentras algo inusual, acude a tu médico, pero recuerda que hay muchas causas que provocan los bultos y que, en el caso de que sea producto de un cáncer de mama, este tiene un nivel muy alto de curación en aquellos casos en los que se coge a tiempo.
4
Otros indicios.
Además de los bultos que puedan aparecer en los senos, en sus alrededores o en la zona de las axilas, existen otros síntomas que pueden indicar que existe un cáncer de mama. Uno de ellos es un cambio en alguna zona del pecho, que provoca, generalmente, que la piel se arrugue, se enrojezca o, incluso, se inflame. Otro indicio de que puede existir un cáncer de mama es la secreción, a través de los pezones, de sustancias con un aspecto acuoso, lechoso o, en algunas ocasiones, con sangre.
5
La importancia de las mamografías.
Aunque te realices exámenes del pecho a menudo, si tienes más de 40 años es muy importante que te hagas una mamografía de forma anual para detectar posibles afecciones que tú no hayas notado. No olvides que el diagnóstico precoz es lo más importante.
6
El cáncer de mama en los hombres.
Aunque es menos frecuente en hombres que en mujeres, los varones también pueden padecer cáncer de mama. Para explorarte tú mismo en busca de algún bulto, túmbate y coloca el brazo de la parte que vas a analizar detrás de la cabeza. Pasea los dedos por el pezón, por sus alrededores y por las axilas. Cuando acabes la operación, coloca el brazo izquierdo tras la cabeza y repite el procedimiento examinando la parte contraria. Además de los bultos, otros síntomas de este tipo de afección son las secreciones o los sangrados de los pezones.
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Los primeros síntomas.
Las formas más habituales de detectar un cáncer de mama consisten en realizarse una mamografía o en autoexplorarse los pechos y las axilas en busca de algún bulto sospechoso o inusual. Así, aunque los bultos que aparecen cerca de los senos no tienen porqué ser cancerosos, ni mucho menos, siempre hay que acudir al médico por si acaso. Piensa que es mejor prevenir que curar y que, además, detectar un cáncer a tiempo puede ser vital para su curación.
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Después de la menstruación.
A la hora de explorarte los senos, debes elegir el día en el que has dejado de menstruar, ya que, antes, los pechos suelen estar hinchados y es difícil encontrar posibles bultos. Una vez que la regla ha desaparecido, es mucho más fácil reconocer un bulto o algún otro elemento inusual.
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¿A partir de qué edad?
Aunque el cáncer de mama suele ser más frecuente en las mujeres de más de 45 años, este también puede aparecer a edades muy tempranas. Es por ello que, a partir de los 20 años, es recomendable que empieces a explorarte el pecho de vez en cuando, pero ¡cuidado!, no tienes que obsesionarte. Muchas veces aparecen bultos que no son perjudiciales y que se deben a causas que nada tienen que ver con el cáncer de mama. Si encuentras algo inusual, acude a tu médico, pero recuerda que hay muchas causas que provocan los bultos y que, en el caso de que sea producto de un cáncer de mama, este tiene un nivel muy alto de curación en aquellos casos en los que se coge a tiempo.
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Otros indicios.
Además de los bultos que puedan aparecer en los senos, en sus alrededores o en la zona de las axilas, existen otros síntomas que pueden indicar que existe un cáncer de mama. Uno de ellos es un cambio en alguna zona del pecho, que provoca, generalmente, que la piel se arrugue, se enrojezca o, incluso, se inflame. Otro indicio de que puede existir un cáncer de mama es la secreción, a través de los pezones, de sustancias con un aspecto acuoso, lechoso o, en algunas ocasiones, con sangre.
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La importancia de las mamografías.
Aunque te realices exámenes del pecho a menudo, si tienes más de 40 años es muy importante que te hagas una mamografía de forma anual para detectar posibles afecciones que tú no hayas notado. No olvides que el diagnóstico precoz es lo más importante.
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El cáncer de mama en los hombres.
Aunque es menos frecuente en hombres que en mujeres, los varones también pueden padecer cáncer de mama. Para explorarte tú mismo en busca de algún bulto, túmbate y coloca el brazo de la parte que vas a analizar detrás de la cabeza. Pasea los dedos por el pezón, por sus alrededores y por las axilas. Cuando acabes la operación, coloca el brazo izquierdo tras la cabeza y repite el procedimiento examinando la parte contraria. Además de los bultos, otros síntomas de este tipo de afección son las secreciones o los sangrados de los pezones.
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